El trabajo de campo ha supuesto un cambio en mi forma de entender el Arte así como en mi desarrollo conceptual, la obra se inicia fuera del  taller,en un lugar abierto, dónde paso meses estudiando exhaustivamente un territorio, mientras desarrollo la idea, realizo las piezas, analizo cómo muta el paisaje y anoto sensaciones que percibo.  Toda esta información constituye mi proceso creativo, donde la investigación casi científica alimenta mi objeto de estudio, aportando datos que de otra forma no podría obtener. Esto hace que me plantee "la Obra", no como un fin en si mismo, sino como una ramificación más,  un aprendizaje, el cual se va sucediendo de un proyecto a otro.

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                     Me interesa estudiar los espacios, el instante, la transitoriedad. Actualmente para ello, utilizo el estudio geológico,centrándome en las rocas y los estratos, como parte de la materia del universo. Siento una relación entre esto y las capas-etapas de desarrollo de un individuo. O al menos, parece ser que busco entender ciertos actitudes que me interrogan sobre el ser humano de este modo. No puedo olvidar que mi base es la obra gráfica y he encontrado un símil en el proceso geológico natural. Esto ha sido una hermosa casualidad que me ha reforzado mi interés por seguir estudiando en esta dirección. Para mi el Arte es investigación.

 

                    “Territorios Líquidos”, se inició en 2018 incluyendo 2019, más de un año de trabajo , en el Parque del Centenario, Algeciras. Realicé más de1000 frottages, in situ, en un espacio natural al borde de la costa gaditana. Fragmentos de historia resultado de millones de años, registrados a escala 1:1 mediante la técnica de frottage, tras una prospección para recopilar la máxima información geológica que había en estos acantilados. Gracias a esta técnica, se registra la huella de un objeto o una superficie.

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                  A través de cada sesión de dibujo se medita sobre la mutabilidad del paisaje, se observan como los elementos tallan y evidencian formas que han estado ocultas a lo largo de años.Mediante este proceso gráfico, se puede construir nuevos espacios tridimensionales, dando lugar a un cambio de contexto, dónde el sujeto siente curiosidad y asombro ante aquello que suele pasar desapercibido ante su mirada. Quiero trasladar las sensaciones que percibí durante mi convivencia con aquel entorno, al contemplar la obra de la naturaleza,creando una confluencia entre los recorridos que daba en el acantilado y los recorridos que darán los espectadores entre la pieza.

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                   Mediante esta instalación, se produce un cambio de localizaciones y referencias, cuestiona nuestra percepción del espacio, de lo que ahí se contiene y de la escala. También se produce un cambio en nuestra percepción de la memoria. La pieza en sí misma descontextualiza al objeto, a su historia primigenia, otorgando un nuevo significado. Al igual que sucede con nuestros recuerdos, que van transformándose a medida que nosotros nos transformamos.

 

                 Esta pieza ha de ser experimentada de acuerdo con el entorno que la rodea (exterior, una sala...) , la ubicación de la pieza, continúa mutando el significado de esta, está viva. Se produce un artificio donde incluso en un mismo lugar, la pieza permuta y se traduce en múltiples significados, según como la luz incide sobre ella. Realidad y apariencia convergen, surge una falsa duplicidad, que nos hace recapacitar sobre dónde habitamos. Hay un sólo espacio, ¿o hay múltiples? Interior-exterior, es una continúa metamorfosis que nos enfrenta ante la forma entendida cómo algo único y absoluto.

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Debo mencionar que ha día de hoy 11/03/22 continúo recogiendo huellas, observando todos los cambios que allí se producen. Seguramente este proyecto se prolongue más allá de mi mera existencia, pues mi intención es seguir recogiendo huellas hasta que esos Flysch desaparezca.