Sedimentos antrópicos sobre los arranques realizados en el suelo durante la remodelación del edificio

Galería Municipal Manolo Alés. 

Para Judith Borobio y para todas las personas invidentes, el tacto, lo táctil, es una herramienta para conocer el mundo y relacionarse con él.
Superar la barrera de lo visible es un trabajo diario de aquellos que no ven o tienen graves dificultades de visión o movilidad. Para Judith también lo es, y para todos nosotros debería de serlo; en una sociedad, la nuestra, donde las pantallas son el paisaje en el que nos movemos. La dictadura de la imagen y lo virtual desplaza o margina al resto de los
sentidos, y en especial elimina de la ecuación sensorial al tacto.
Con la intención de despertar miradas y activar el tacto, en este taller se trabajará la materia, partiendo de la propia arquitectura de La Casa de la Cultura hasta la exploración de su entorno más inmediato. Se tocará, se sentirá y como en un trabajo de campo se recolectará cualquier objeto encontrado, natural o inerte, que sirva como fuente
arqueológica de lo cotidiano.
Sobre estos objetos se realizarán ejercicios de recontextualización -a modo de ready mades- catas, vaciados o ensamblajes, para crear nuevas formas y texturas, que todospodremos tocar.